Tortilla de patatas

Hoy os traemos una receta fácil y rápida para aprender a cocinar un plato impresincindible: tortilla de patatas. El clásico entre los clásicos de la cocina española. Si vives en el extranjero, la primera persona que conozcas y le digas que eres español, lo segundo que te preguntará será si sabes hacer tortilla de patata (primero te preguntará por la paella, pero eso sí es cocina para valientes).

Para ser un plato de tan poco ingredientes, hay mil formas de cocinarla: con o sin cebolla, con las patatas enteras o picadas, pero todas saldrán muy ricas. Yo hoy os explico cómo la hacemos en mi familia, que por supuesto, para mí es la receta fácil y rápida más rica de tortilla de patatas.

Ingredientes:

6 Huevos
800-1.000 gr de Patatas
1 cebolla
Sal
Aceite

Primero de todo, lavamos y pelamos las patatas. A continuación, las partimos en rodajas muy finas (tenemos que intentar que sean todas de un ancho aproximado, para que al freírlas no se quemen unas mientras otras no terminan de hacerse). Seguidamente partimos la cebolla en trocitos muy pequeños.

Cortamos las patatas en rodajas finas

Después, ponemos aceite a calentar en una sartén, y cuando esté considerablemente caliente (cuidado con esto, nunca que alcance una gran temperatura) introducimos las patatas poco a poco, para que no nos salte.  Al principio, para que el aceite coja temperatura más rápido, podemos ponerlo a máxima potencia, pero una vez que introducimos las patatas (o incluso antes) os recomiendo que lo bajéis a media temperatura. Además, si veis que son muchas patatas, mejor freírlas en dos veces a que quede la sartén muy llena. Cuando vayan cogiendo un tono más dorado, añadimos la cebolla, y las dejamos freír juntas.

Freímos la cebolla junto a las patatas.

Mientras que se fríen las patatas, aprovechamos para batir los huevos en un bol grande. Añadimos la sal.

Así, una vez que las patatas y la cebolla ya están fritas,  las mezclamos bien con los huevos ya batidos en ese bol, y si es necesario, añadimos una poca mas de sal.

Ahora es el momento de cuajar la tortilla: si tenéis una sartén doble, especial para tortillas, enhorabuena. Si no, no pasa nada, necesitaremos un plato llano cuyo radio sea un poco más grande que el de la sartén.

Primero de todo, tenemos que estar seguros de que la sartén es antiadherente, o se nos quedará media tortilla pegada. Ahora la ponemos al fuego con un poquito de aceite (podemos utilizar un poco del de freír las patatas), pero que no cubra toda la base de la sartén, simplemente lo suficiente para que no se nos quede pegado el huevo y la patata.

Añadimos la mezcla de huevo y patata y lo dejamos cuajar un rato a media temperatura. Con ayuda de una espátula o un cuchillo, podemos ir dándole un poco por los bordes para comprobar que no se nos ha pegado.

Cuajamos la tortilla por un lado bien, antes de darle la vuelta.

Y ahora llega lo más difícil, sin duda: darle la vuelta. Una vez que vemos que la tortilla está suficientemente cuajada por un lado, ponemos el plato sobre la sartén a modo de tapa y, sin dudarlo y mucha firmeza, le damos la vuelta y volvemos a introducir la tortilla en la sartén para que se cuaje por el otro lado.

Este paso es mucho más fácil de lo que parece, pero sobre todo aprenderemos a hacerlo bien con la práctica. La primera vez se nos saldrá la mitad del huevo, pero cuando llevemos hechas 3-4 tortillas, no caerá ni una gota.

Cuajamos la tortilla por el otro lado.

Así, dejamos que la tortilla se termine de cuajar por ese lado, (ya al gusto, si nos gusta más o menos hecha),  ¡y  ya la tenemos lista nuestra nueva receta fácil y sencilla!